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Ya no existe “mi puesto”

En el libro la “la quinta disciplina” de Peter Senge se habla de las limitaciones en ver el puesto de trabajo como algo pegado a una persona: “Yo soy mi puesto: nos enseñan a ser leales a nuestro puesto, al extremo de confundir nuestra tarea con nuestra identidad.” Las organizaciones inteligentes no necesitan puestos, necesitan talento. El talento es un bien mas bien escaso o mal empleado, sobre todo teniendo en consideración las creencias de Laurence J. Peter que en su famoso libro “El principio de Peter” declara: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse”

El primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: «Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes».

Como corolario de su famoso principio, Lawrence J. Peter deduce los dos siguientes:

  • Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
  • El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.

El principio de Peter fue deducido del análisis de cientos de casos de incompetencia en las organizaciones y da explicación a los casos de acumulación de personal, según el cual el incremento de personal se hace para poner remedio a la incompetencia de los superiores jerárquicos y tiene como finalidad última mejorar la eficiencia de la organización, hasta que el proceso de ascenso eleve a los recién llegados a sus niveles de incompetencia. (Fuente Wikipedia)